miércoles, 24 de febrero de 2016

"Los espejos se emplean para verse la cara, el arte para verse el alma" -George Bernard Shaw

Hoy vuelvo a tener inspiración y he querido comenzar la entrada de hoy con esta frase de George Bernard Shaw la cual me parece bastante "acertada" o al menos, original. Acertada en mi opinión, porque, como ya os he comentado en entradas anteriores, el arte representa no el hecho de si sabes pintar con exactitud una figura, o un paisaje en concreto, sino a ti mismo. ¿A MÍ? Sí, a ti. Porque el arte no es una serie de colores, ni líneas, ni siquiera cuadros, sino un poco de ti reflejado en un lienzo.

No me enrollo más, lo que venía a enseñaros hoy son mis dibujos (preciosos) de las clases anteriores.

El primer día de clase, antes de la teoría y la práctica nuestro profesor nos dio una hoja en la que aparecían una serie de círculos a los cuales había que darles VIDA.



Y os pensaréis: "que poco has pintado" o, "igual no le dejaron mucho tiempo para dibujar." Pues la verdad es que nos dieron UNA HORA ENTERA para pintar lo que quisiéramos (siempre y cuando los círculos estuvieran en el dibujo). Pero la verdad que necesito mi tiempo para intentar plasmar con las manos lo que se me pasa por la cabeza. Algunos de mis compañeros lograron usar todos los círculos, pero a mi casi no me dio tiempo ni a acabar el "tótem". Y digo "tótem" entre comillas, porque quizás no se puede apreciar muy bien (risa).

Pensaba que quizás nuestro profesor miraría los dibujos y les daría una nota que contaría para la nota final de la asignatura, pero me sorprendió lo que nos dijo. Nos explicó que no quería los dibujos para evaluarlos, sino para que él pudiera tener una idea de cómo lográbamos entendernos con el lápiz. Para intentar descubrir cómo somos o pensamos. Me llamó mucho la atención. Hasta me alegró, porque llevo sin pintar casi dos años (hasta que acabé el bachillerato) y no quería empezar con mal pie. Por lo que me he esforzado durante toda la semana para realizar cada día un mejor trabajo y ¡ver hasta dónde puedo llegar!


En la primera clase práctica realizamos uno de los trabajos (para mí) más difíciles. DIBUJAR UNA CARA. Las caras se me dan muy mal, otra cosa no, pero las caras... Y no una cara cualquiera, la tuya propia (auroretrato) Y la de un compañero. (Ay de mi)

 <--- Supuestamente yo
Supuestamente mi compañera--->



Siempre me ha resultado difícil dibujar una cara, lo sé, lo sabéis, pero porque a mi parecer, no soy de esas artistas que pueden pintar algo con exactitud, aunque lo intente, me gusta más hacer los objetos, las cosas en general, mías.

Hace unos meses encontré un dibujo que realicé cuando era pequeña (no me acuerdo exactamente cuando). La verdad que no se ni quién es (si acaso es alguien), pero quería compartirlo con vosotros para que vierais lo que puede cambiar la manera de dibujar de una persona a lo largo de los años (que es lo que comenté en la entrada anterior: las etapas). Y qué mejor ejemplo que el mío propio.




En nuestra segunda práctica pasamos de las caras, al cuerpo completo.


Este es el arte de dibujar el cuerpo humano en movimiento. Espera... ¿quéee? ¿Que esto no es arte? ¡Por supuesto que sí! Pero que equivocados estáis. Os lo explico.

Por ejemplo, cuando comenzamos a escribir. Sí sí, a escribir, a b c d, ya sabéis. Tenemos que empezar por las letras, ¿no? No empezamos a escribir palabras completas. Pues lo mismo pasa cuando dibujamos. Hay que empezar por lo más simple, lo más fácil (o menos difícil) para mejorar cada día e ir perfeccionando. Es por esto por lo que tuvimos que dibujar el cuerpo humano, pero con simples círculos y líneas para tener una base y saber las proporciones de éste (las mismas proporciones son válidas para el cuerpo animal: cabeza, tronco y piernas).

Espero seguir progresando JUNTOS.

¡Os invito a intentarlo en casa y a DESCUBRIROS!

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